








La D-ribosa es un tipo de sacárido simple que se encuentra naturalmente en cada célula viva del cuerpo. Es un componente clave del ADN, el ácido ribonucleico (ARN), la acetil coenzima A y el trifosfato de adenosina (ATP). La D-ribosa se puede usar para ayudar a reforzar la producción de energía ATP, aumentar la energía, combatir la fatiga, ayudar frente al síndrome de fatiga crónica, ayudar con la disfunción miocárdica, mejorar la función muscular, estimular la recuperación muscular, mejorar el rendimiento en el ejercicio, mejorar la recuperación después del entrenamiento, cuidar la salud del corazón y del tejido muscular, mejorar la calidad de la piel, reducir la aparición de arrugas y mejorar los síntomas de ciertos trastornos de dolor (como la fibromialgia).