






La Rhodiola Rosea, también conocida como raíz dorada o raíz ártica, es una hierba que crece en regiones frías y de gran altitud de Europa y Asia. Este compuesto se ha utilizado en la medicina tradicional desde hace cientos de años, especialmente en las regiones de Rusia y Escandinavia. Por su parte, la raíz se considera un adaptógeno, siendo ésta una sustancia que ayuda al cuerpo a resistir o hacer frente a los factores estresantes. Así pues, la Rhodiola Rosea puede usarse para disminuir el estrés, combatir la fatiga, ayudar a reducir los síntomas de la depresión, estimular la función cerebral, aumentar la memoria, mejorar el rendimiento del ejercicio, disminuir la ansiedad, cuidar la salud del hígado, reducir los trastornos alimentarios inducidos por el estrés, estimular la función inmunológica y ayudar a controlar la diabetes.