


La genciana hace referencia a esa sensación de desánimo leve que a veces sentimos cuando las cosas salen mal. Por ejemplo, al perder un autobús, suspender un examen o al no aprovechar una oportunidad: son situaciones que nos tumban emocionalmente. Con frecuencia, esta sensación desaparece por sí sola, pero el remedio de genciana se puede usar para aliviarla desde antes, de modo que podamos hacer que las cosas salgan bien en lugar de simplemente esperar que lo hagan. La genciana se suelen confundir con el "Gorse", siendo éste también un remedio para la sensación de malestar cuando las cosas van mal. La diferencia es principalmente el grado o nivel de malestar. Es decir, la gente que se encuentra en un estado de Gorse son aquellas que han decidido rendirse. Se niegan a animarse a intentar las cosas, e incluso si buscan una solución, lo harán a regañadientes, asegurando que no vale la pena intentarlo. En cambio, las personas que están en un estado de genciana son menos pesimistas y están más dispuestas a volver a intentarlo. Se recomienda en todas aquellas personas que se desaniman fácilmente cuando se enfrentan a dificultades.