








El mercurio es un metal extremadamente venenoso para los seres humanos. Sin embargo, en su forma homeopática se puede utilizar para tratar trastornos graves de las membranas mucosas y la piel. Entre las principales indicaciones se incluyen: disfunción inmunológica, síntomas similares a los de la gripe, inflamación en general, afecciones de las mucosas, formación de pus y necrosis tisular, ganglios linfáticos agrandados, agotamiento, trastornos visuales, pérdida de audición, aflojamiento de los dientes, problemas gastrointestinales, insuficiencia orgánica, hipertiroidismo, sueño trastornos, hinchazón y dolor de las articulaciones según el clima, sudoración (nocturna), mareos, enfermedad de Parkinson, enfermedad de Lyme, gonorrea, sífilis, disfunción del sistema nervioso, problemas de confianza, sensación de vulnerabilidad y estar expuesto, miedo a la traición y a la pérdida de poder/posición, sensación continua de amenaza, egocentrismo, falta de empatía, comportamiento dictatorial, falta de objetivo, prisas, confusión, malicia, (auto) destructividad, amor por el caos y la intriga.