















El aceite de semilla de comino negro, también conocido como aceite de semilla negra, lleva usándose desde hace miles de años por sus múltiples propiedades terapéuticas. Las semillas negras crecen en un pequeño arbusto con flores llamado Nigella sativa y las cuales contienen timoquinona, siendo éste un compuesto con actividad antioxidante y antiinflamatorio y una potencial función reductoras de tumores. Puede usarse para ayudar en casos de pérdida de peso, así como para mejorar las afecciones de la piel (como eccema, acné y psoriasis), suavizar la piel, curar heridas, tratar el cáncer y la diabetes, ayudar en la función hepática y renal, reducir la inflamación, disminuir la presión arterial alta, disminuir los niveles altos de colesterol, estimular la función tiroidea, reducir los síntomas del asma, mejorar los síntomas de la artritis reumatoide, estimular el correcto funcionamiento del sistema inmunológico, normalizar las respuestas inmunes e inflamatorias, acelerar el metabolismo, estimular el proceso de desintoxicación natural del cuerpo, disminuir el enrojecimiento de los ojos y finalmente, reducir la secreción de ácido estomacal, eliminar el reflujo ácido ocasional y los problemas digestivos, incluyendo el dolor de estómago y el estreñimiento. El aceite de semilla de comino negro también tiene una fuerte actividad antifúngica contra el hongo Candida albicans.