











Aunque muchos lo consideran una mala hierba, el diente de león (Taraxacum officinale) es en realidad una planta. Desde la raíz hasta la flor, todas las partes del diente de león se han utilizado durante mucho tiempo por sus propiedades medicinales. Los dientes de león están repletos de vitaminas, minerales y antioxidantes y promueven la salud y el bienestar en general. Puede usarse para ayudar a disminuir la inflamación, reducir los niveles de azúcar en la sangre, mejorar la sensibilidad a la insulina, disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos, disminuir la presión arterial, cuidar la salud del corazón, promover la salud del hígado, acelerar la pérdida de peso, mejorar la digestión, aliviar el estreñimiento, reducir el riesgo de cáncer, mejorar la calidad del sueño, estimular la función del sistema inmunológico, ayudar a mantener los huesos sanos y mejorar la salud de la piel. También se puede usar para ayudar a desintoxicar el hígado y reducir la inflamación en el cuerpo.