







Las semillas de apio (Apium graveolens), que provienen de plantas de apio silvestre (a veces llamadas apio chino), se usan normalmente como especias para cocinar. Las semillas de apio son ricas en nutrientes, tienen propiedades antioxidantes y se han utilizado en la medicina oriental desde hace miles de años. De hecho, se pueden usar para ayudar a estimular la formación de glóbulos rojos, cuidar la salud ósea, mejorar los niveles de azúcar en la sangre, reducir la inflamación, calmar los nervios, combatir los resfriados y la gripe, disminuir la retención de agua, reducir los niveles de presión arterial, normalizar los niveles de colesterol en sangre, disminuir los espasmos musculares y frenar el insomnio. Las semillas de apio también se pueden usar para ayudar con la artritis y la gota.