





La polio, también conocida como poliomielitis, es una infección viral causada por el poliovirus y el cual ataca el sistema nervioso. El virus generalmente se transmite a través del contacto con heces infectadas y el cual vive en la garganta y los intestinos de la persona infectada. La poliomielitis afecta principalmente a los niños pequeños. Por su parte, entre los síntomas de la poliomielitis se incluyen algunos similares a los de la gripe como fatiga incapacitante después de realizar un esfuerzo leve, dolor de cabeza, dolor abdominal, náuseas, vómitos, fiebre, rigidez de cuello, dolor muscular, debilidad y atrofia muscular, parálisis, inflamación del cerebro y los nervios, disfunción del sistema inmune, palpitaciones, presión arterial baja, mareos, intolerancia al frío, apnea del sueño, alteraciones del sueño, piernas inquietas, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), esclerosis múltiple, síndrome de fatiga crónica, falta de fuerza vital, falta de fuerza asertiva y defensiva, miedo a todo lo que es incierto e incontrolable, juicio pobre y falta de la capacidad de expresión.